Fundada en 1869, es una de las principales marcas en España especializada en conservas del mar y platos preparados

A lo largo de sus más de 150 años de historia, ha pasado de estar en un rudimentario obrador de anchoas en Santoña a poner en marcha la que fue la mayor factoría conservera de Europa en el puerto de Vigo. En 2016, el grupo chino Shanghai Kaichuang Marine International adquirió el 100% de la conservera gallega por 61 millones de euros dando así el gran salto en el continente asiático.

 

Ha sido una transición suave que ha permitido mejorar los resultados y llegar a nuevos mercados. En 2019, se puso en marcha el proyecto ALBO 4.0 que pretende desarrollar tecnologías digitales para la industria conservera del futuro. Está incluido en los Proyectos de Iniciativas Prioritarias del gobierno regional, beneficiándose de concesiones fiscales

 

¿Qué importancia tiene la empresa para el sector conservero español?

Albo es la única conservera que ha logrado mantener su presencia y liderazgo en los supermercados españoles a través de más de un siglo y medio de historia. Gracias a su calidad en cuanto a materias primas y procesos, ha creado una marca reconocida entre generaciones de consumidores y otras empresas conserveras, con quienes tiene una relación cordial de toda la vida. Albo además forma parte de la historia de la ciudad de Vigo, donde dio empleo a mujeres y hombres que trabajaron con orgullo para la marca que llegó a ser proveedor oficial del Vaticano y la Casa Real.

 

En 2016 Shanghai Kaichuang Marine International adquirió el 100% de las acciones de Conservas Albo. ¿Cuáles han sido los grandes cambios de la conservera desde entonces?

La entrada al mercado chino es sin duda uno de los grandes hitos para la compañía, que ahora puede ir de la mano de un gigante del sector alimentario como es el grupo SK para abrir todas las puertas. Otra gran ventaja es la sinergia que se produce con la potente flota pesquera del grupo, permitiéndole integrarse verticalmente hacia atrás y controlar aún más el proceso completo. A nivel más ejecutivo, se hizo un esfuerzo por optimizar los costes y modernizar algunos procesos administrativos. Pero, sin duda, el mayor cambio se está gestando con vistas al año 2022, cuando esperamos inaugurar una nueva fábrica en Salvaterra de Miño, Pontevedra. El presupuesto inicial para la fábrica es de 25 millones de euros, pero podría variar según vaya avanzando la construcción. Tenemos una plantilla por encima de las 200 personas, y un compromiso de nuevas contrataciones superior a 20 trabajadores.

 

¿Qué impacto tendrá esta unidad para la conservera y en la economía gallega?

Albo es la primera empresa que se instala en la PLISAN, lo cual ya es un empuje para la zona, que fue habilitada hace más de una década por los organismos del gobierno de Galicia para albergar compañías que necesitan eficiencia logística. Con 24.764 mt2, será una de las plantas de producción más grande y moderna de la región, donde Albo multiplicará su capacidad de producción, almacenamiento y agilidad logística. Esta nueva fábrica significa empleos, nuevas tecnologías y tracción para otras empresas. Podemos ser imán para inversiones, tanto nacionales como extranjeras. Somos ejemplo de lo que se puede potenciar una empresa y sus alrededores contando con inversión extranjera, y al contrario, las empresas extranjeras pueden encontrar verdaderas joyas en España que pueden representar una apuesta confiable y provechosa.

 

Los resultados de la empresa han tenido un gran crecimiento tras la entrada de capital chino. ¿Cómo afrontan los próximos años?

Con muchas decisiones que tomar. Mucho esfuerzo para afrontar las novedades que traerá consigo la nueva fábrica, pero también mucha ilusión por ser más eficientes, competitivos y flexibles que ahora. 

 

¿Cómo ha sido la fusión de la cultura empresarial de ambos países?

La fusión ha sido beneficiosa para ambas partes, todos hemos puesto de nuestra parte para comprender diferencias y sumar conocimientos y puntos de vista. El primer año se llevó a un grupo de trabajadores de Albo a China para dar la bienvenida al grupo, y seguidamente también se trasladaron los máximos accionistas de China a Vigo y Madrid, para conocer todo de cerca.

 

Evidentemente en cuanto a la mecánica de producción de nuestras conservas y en conocimiento del mercado, tenemos un mundo por aportar después de 150 años de tradición conservera. Ellos nos han aportado dinamización, optimización y una visión de un futuro sin límites para Albo.

 

¿A qué nuevos mercados quieren llegar?

Nos enfocaremos sobre todo en los mercados europeos, por su estabilidad y consecuente predictibilidad. Sin embargo, exploramos ahora los países árabes y seguimos abriendo camino en África y América.

 

¿Cuáles son los principales mercados a los que exportan?

Exportamos a más de 30 países en los 5 continentes. En Suiza, por ejemplo, cumplimos 100 años hace poco, con Costa Rica y Puerto Rico, nuestros fanáticos por excelencia.