El plan español de microchips llega avalado por un laboratorio de Intel y el BSC

El Gobierno y la compañía estadounidense invertirán 400 millones de euros en diez años

El último Consejo de Ministros de mayo aprobó el Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica de Microelectrónica y Semiconductores, conocido como PERTE Chip, con el objetivo de desarrollar las capacidades de diseño y de producción de la industria española de microelectrónica y semiconductores.

Avalado por un presupuesto de 12.250 millones de euros de inversión pública, el PERTE pretende abarcar toda la cadena de valor, desde el diseño hasta la fabricación de los chips. Como explicaba la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, “probablemente es el proyecto más ambicioso del Plan de Recuperación”, no sólo por su cuantía sino por el impacto que puede tener en una industria europea demasiado dependiente de otros países en materia tecnológica.

Reuniones en Davos
Calviño se ocupó de presidir el Consejo de Ministros porque el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se encontraba en la Cumbre de Davos (Suiza). Allí se entrevistó con los directivos de grandes multinacionales, a los que hizo ver el atractivo de invertir en nuestro país. Uno de ellos fue el CEO de Intel Corporation, Pat Gelsinger (en la foto), y de ese encuentro trascendió una noticia que más tarde ha sido confirmada por el Barcelona Supercomputing Center-Centro Nacional de Supercomputación (BSC-CNS) y que sirve de aval al PERTE Chip.

El BSC e Intel han aprovechado la celebración de la conferencia de computación de alto rendimiento ISC en Hamburgo (Alemania) para anunciar su plan de crear un laboratorio que será pionero en el desarrollo de una nueva generación de supercomputadores que romperán la barrera de la zettascale (mil veces más rápidos que los actuales). En ese laboratorio de diseñarán microprocesadores con tecnología basada en hardware abierto del tipo RISC-V.

Tecnología para exportar
El trabajo del futuro laboratorio ayudará a Europa a adquirir autonomía en este tipo de chips, que además podrá exportar a todo el mundo para su uso en coches autónomos y en dispositivos para aplicaciones de la inteligencia artificial. Para su puesta en marcha y funcionamiento, la compañía estadounidense y el gobierno español aportarán, a partes iguales, una inversión total de 400 millones de euros a lo largo de los próximos diez años.

El BSC estima que el laboratorio supondrá la creación de unos 300 empleos de alta cualificación, y que tendrá capacidad para captar otras inversiones internacionales. Estará ubicado en el recinto del Campus Nord de la Universidad Politécnica de Catalunya, donde se encuentran también las instalaciones de esta institución.

Resolver los problemas más desafiantes
El vicepresidente y director general del grupo de supercomputación en Intel, Jeff McVeigh, explica: “La computación de alto rendimiento es la clave para resolver los problemas más desafiantes del mundo y desde Intel tenemos el ambicioso objetivo de acelerar en este campo hacia la era zettascale. El BSC-CNS comparte nuestra visión, con el mismo énfasis en la sostenibilidad y un enfoque abierto. Estamos entusiasmados de asociarnos con ellos para emprender este viaje”.

La colaboración del BSC-CNS con Intel se inició en 2011. Su director, Mateo Valero, afirma: “Estamos muy contentos con que Intel haya elegido al BSC para crear un laboratorio de investigación que será referente mundial en el diseño de chips. Uno de los objetivos será que los futuros supercomputadores europeos, como el Marenostrum 6 dentro de cinco años, y muchos otros a nivel mundial, incorporen tecnología desarrollada en este laboratorio. Asimismo, este laboratorio ayudará a crear un polo de innovación para nuevas empresas y puestos de trabajo”.

Foto: Pool Moncloa/Fernando Calvo