La compañía estadounidense ha aumentado su plantilla desde que adquirió las españolas Kripsol y Sugar Valley en 2016

Hayward es un grupo industrial estadounidense fundado en 1925, especializado en el equipamiento de piscinas. Inicialmente posicionado en el sector de las piscinas residenciales, ahora está presente también en la piscina pública. Para cada una de ellas, Hayward ofrece una gama completa de productos: desde bombas y filtros hasta soluciones de tratamiento de agua, bombas de calor y robots.

 

 ¿Con qué objetivo llegó Hayward a España?
Para el grupo Hayward, el mercado europeo era, y sigue siendo, un eje principal en su estrategia de crecimiento y desarrollo. Por eso, en 2016, adquiere las empresas que forman el grupo Kripsol (especializada en fabricación de bombas y filtros) y Sugar Valley, especialista en soluciones inteligentes de tratamiento de agua. Ambas muy desarrolladas tanto a nivel nacional como en el mercado de exportación.

 

¿Por qué recurrió a esas compras para instalarse en España?
Al adquirir una empresa como Kripsol, Hayward conseguía tener un centro productivo en Europa, sobre todo en lo que a bombas y filtros se refiere. El resultado es una gama de productos fiables, robustos y con una buena relación calidad-precio. Y, al mismo tiempo, una fuerte presencia en equipos de piscina pública en Europa y otras zonas estratégicas como Asia, norte de África y Medio Oriente. La apuesta por Sugar Valley estaba relacionada con la búsqueda de la excelencia tecnológica y con poder ofrecer una gama de productos contrastados, conectados, de uso intuitivo y que permitiera al consumidor final ahorrar en consumo de energía, de agua y de tiempo. De esta manera, el grupo se posiciona como un referente en Europa.

 

¿Qué infraestructura tienen en España?
El grupo Hayward en España se ha consolidado en dos ubicaciones: por un lado, en Yuncos (Toledo), donde tenemos la fábrica de bombas y filtros laminados (tanto para el sector residencial como público), y en Barcelona tenemos otros dos centros productivos: la fábrica de filtros bobinados (en Olérdola), destinados sobre todo a piscina pública, y la fábrica de Sugar Valley de equipos de tratamiento de agua en Hospitalet, que produce no solo cloradores salinos sino también equipos de control y medición del agua, tanto para el sector privado como para el público. Actualmente, Hayward Ibérica tiene unos 250 empleados, pero este número puede aumentar en los meses de temporada alta, entre abril y septiembre.

 

¿Qué ha cambiado desde la llegada de Hayward?
Los cambios que se han producido son de diversa índole —unificación jurídica y financiera, implementación y mejora de sistemas informáticos, consolidación de las cuatro marcas que integran nuestra oferta comercial…— pero, sobre todo, donde ha habido una mayor revolución ha sido en el área industrial. Desde 2016 en adelante hemos estandarizado nuestros procesos, hemos automatizado líneas de producción y hemos implementado un proceso de calidad con el objetivo de reducir las incidencias y de ofrecer productos fiables y duraderos. Ello nos ha permitido mejorar y ampliar nuestra productividad hasta casi el doble de lo que veníamos haciendo.

 

¿Cómo ha evolucionado la compañía en España desde entonces?
Nuestra evolución no ha sido solo en términos cuantitativos, sino también cualitativos. Mejora de la productividad, pero también del servicio comercial y del servicio posventa. Se han incorporado nuevos perfiles comerciales y técnicos a la organización de acuerdo con la estrategia de acompañar a nuestros colaboradores en el proceso de venta. Pero es que, además, conocemos cada vez mejor a nuestro cliente, sabemos cuáles son sus necesidades y sus inquietudes y ello nos permite diseñar productos que estén a su alcance y que le proporcionen mayor bienestar y comodidad.

 

¿Qué inversión ha hecho Hayward en España?
Las inversiones realizadas se centran especialmente en dos: en primer lugar, una reorganización de la fábrica de Sugar Valley, que le ha permitido optimizar el espacio disponible y duplicar la productividad. Y segundo, la automatización de las líneas productivas de filtros en la fábrica de Yuncos, que tiene el mismo objetivo. La inversión realizada en 2018 supera los dos millones de euros. Hayward prevé continuar invirtiendo tanto en el desarrollo de productos adaptados al mercado europeo como en la mejora y automatización de sus instalaciones en Yuncos. Pero el mayor foco de atención e inversión de Hayward está en las personas. Durante estos últimos años el equipo humano ha crecido con nuevas incorporaciones, tanto a nivel industrial, como consecuencia de nuevos turnos de producción de filtros y bombas, como a nivel directivo, con nuevos perfiles de gestión con experiencia en entornos internacionales.

 

¿Qué importancia tiene España en la estrategia de Hayward?
España es el segundo mercado en Europa después de Francia; por tanto, es un mercado estratégico para Hayward. De ahí la decisión de invertir en un grupo español y darle las herramientas necesarias para poder desarrollarse con ventaja frente al resto de competidores.

 

¿Qué proyectos tienen ahora en marcha y cuáles son los próximos retos?
Hayward invierte en I+D de forma continua para poder presentar productos cada vez más ecológicos, más resistentes y que ofrezcan mayor confort al usuario. Procuramos mejorar nuestros productos año a año. Próximamente vamos a reorganizar la fábrica de filtros bobinados en Olérdola para optimizar recursos y mejorar la ratio de productividad. Y vamos a seguir trabajando para ofrecer herramientas sencillas y de uso intuitivo. Equipos que estén conectados y que permitan al usuario mayor comodidad y menor dedicación.