La fábrica de Bosch en Madrid participa en el desarrollo de la industria 4.0

Investiga dentro de un proyecto financiado por el programa Horizonte 2020 de la Unión Europea

La fábrica de sensores de Bosch en Madrid participa en un proyecto, integrado por un total de veinte socios, para acelerar la implantación de la industria 4.0 en la Unión Europea. La planta, que forma parte del área Automotive Electronics dentro de Mobility Solutions, estudia el empleo de robots colaborativos para demostrar su contribución al aumento de la eficiencia en la línea de producción mediante el suministro automático de materiales.

El proyecto de innovación en el que participa Bosch está financiado por la Unión Europea dentro del programa Horizonte 2020, y se denomina SHOP4CF (Smart Human Oriented Platform for Connected Factories). Junto a sus socios, la compañía alemana busca el equilibrio adecuado entre la automatización, las tareas repetitivas y la participación de los trabajadores en ámbitos de mayor valor añadido, como la adaptabilidad, la creatividad y la flexibilidad.

Optimizar el uso de los datos
En la planta madrileña de Bosch trabajan cerca de 800 empleados. Con un modelo de fábrica altamente conectada, su modelo trata de optimizar el uso de los datos generados en sus procesos de fabricación, la automatización del transporte de material y la realidad aumentada. De sus instalaciones salen cada año unos 88 millones de sensores de aceleración y de presión y de ayuda al aparcamiento. También fabrica algunas unidades de control electrónico para los sistemas de inyección de gasolina y diésel para los fabricantes de automóviles y para el mercado de repuestos.

Dentro del proyecto SHOP4CF, ha puesto en marcha varias iniciativas, como el uso de un robot colaborativo para suministrar material a las diferentes máquinas de las líneas de producción. El objetivo es que el robot haga esta labor de forma autónoma y evite posibles paradas de producción para que el operario pueda centrarse en otras tareas que aporten un mayor valor añadido.

Aplicación y validación
El robot está integrado por un robot móvil autónomo y un brazo robótico equipado con una cámara para calibrar sus movimientos. También tiene una pinza que se activa eléctricamente desde la unidad de control. De esta forma, el robot puede transportar las bandejas para los componentes electrónicos sin interrumpir las tareas de los operarios.

Una de las ventajas del proyecto es su aplicación y validación en un entorno industrial real, que cuenta además con una amplia experiencia en fabricación. Su objetivo final es la creación de aplicaciones de código abierto para que este tipo de robots colaborativos se puedan emplear en las tareas diarias de las empresas, fundamentalmente pymes.

Foto: Bosch