España mejora posiciones en el ranking mundial de competitividad digital

Está entre los diez primeros puestos en variables como la velocidad del ancho de banda y el uso de robots en educación e I+D.

España ha escalado tres puestos en el World Digital Competitiveness Ranking 2024, el ranking mundial de competitividad digital elaborado por el Centro de Competitividad Mundial (WCC) del International Institute for Management Development (IMD), con sede en Suiza. De esta forma, recupera la posición 28 que ya ocupó en 2022 sobre un total de 67 países, y obtiene una puntuación de 70,86 sobre cien.

El ranking, en su octava edición, mide la capacidad y la preparación de las economías para adoptar y explorar tecnologías digitales para la transformación económica y social. La clasificación se basa en 38 datos estadísticos y 21 respuestas de encuestas respondidas por altos ejecutivos para medir la competitividad digital entre 67 economías globales, exponiendo sus diversas fortalezas y debilidades.

Mayores fortalezas
Las mayores fortalezas de España, que contribuyen a valorar los diversos factores y subfactores, son el índice de enseñanza de informática (puesto 7), el uso de robots en educación e I+D (7), la velocidad del ancho de banda (7), la productividad de I+D por publicación (9) y los usuarios de smartphones (10).

Las mejores puntuaciones para nuestro país están en los subfactores de concentración científica, en el puesto 21, integración de tecnologías de la información (22), marco tecnológico y actitudes adaptativas (26 en ambos). Además, mejora en otros como capital, formación, agilidad para los negocios y marco regulatorio.

En cuanto a los factores principales que mide el ranking, España repite puesto en los tres: el conocimiento necesario para descubrir, comprender y construir nuevas tecnologías (26), el nivel de preparación del país para aprovechar la transformación digital (29) y la valoración del contexto general que posibilita el desarrollo de las tecnologías digitales (31).

La transformación digital
Mediante esta clasificación, el IMD pretende ayudar a gobiernos y empresas a entender dónde se deben concentrar los recursos y cuáles son las mejores prácticas para abordar la transformación digital. Tres fenómenos convergen en el análisis y en el resultado: el desarrollo desigual de la infraestructura digital, las tensiones geopolíticas y el impacto de las tecnologías emergentes.

En esta edición, Estados Unidos ha perdido la primera posición y ha bajado hasta la cuarta, dejando el podio a Singapur, Suiza y Dinamarca. Le siguen el Reino Unido y China.

El informe concluye que el talento y las políticas adecuadas, con gobiernos y empresas trabajando de la mano, pueden contribuir a cerrar la brecha digital. Así, tecnologías como la inteligencia artificial (IA), el blockchain y la computación cuántica pueden ampliar esa brecha pero también permitirían impulsar la innovación y remodelar industrias, economías y sociedades.

Foto: IMD