PSA y FCA negocian su fusión para ser el cuarto fabricante mundial de automóviles

El plan garantiza la viabilidad de las tres fábricas españolas al no contemplar ningún cierre

Dos años después de la adquisición de Opel, el grupo PSA ha vuelto a protagonizar las noticias del sector de automoción con un gran movimiento en el mercado. En este caso se trata de su posible fusión con el grupo FCA, que ambas partes están negociando en la actualidad, según el comunicado conjunto que emitieron el 31 de octubre. La compañía resultante se dividiría al 50% entre los accionistas de ambas compañías, según ha trascendido de las negociaciones.

Los nuevos desafíos a los que se enfrenta el sector automovilístico, que debe adecuarse a demandas del mercado como la conectividad, la electrificación y la movilidad compartida y autónoma, han animado a los dos grupos a estudiar su fusión. De esta forma, podrán sumar sus recursos de I+D y convertirse en el cuarto fabricante mundial de automóviles, con unas ventas de 8,7 millones de vehículos al año.

Mantenimiento de fábricas
Las sinergias que han calculado los negociadores de ambas partes se cifran en unos 3.700 millones de euros anuales. Para ello, y ante los lógicos temores que surgen ante este tipo de noticias, las partes subrayan que no se contempla el cierre de ninguna fábrica. Una buena noticia para España, donde, si bien no hay ninguna planta del grupo italiano, el francés cuenta con tres: Vigo, Madrid y Zaragoza. En la actualidad, la planta de Madrid cuenta con 1.673 empleados, mientras que Vigo y Zaragoza tienen en torno a 5.700 cada una.

Las tres fábricas de PSA convierten al grupo francés en el principal constructor de automóviles en España. En 2018, la producción alcanzó los 916.820 vehículos, un 32,5% de los fabricados en nuestro país en ese periodo. El 86% se destinó a la exportación.

Asignación eficiente de recursos
Las sinergias calculadas provendrían, según el comunicado, “de una asignación de recursos más eficiente para inversiones a gran escala en plataformas de vehículos, propulsión y tecnología, y mayor poder adquisitivo inherente a la nueva dimensión del grupo fusionado”. Claro, que habría que esperar cuatro años e invertir unos 2.800 millones de euros hasta alcanzar esas sinergias.

La fusión se realizaría a través de la creación de una nueva matriz con sede en Países Bajos, y la estructura de gobierno se equilibraría entre los accionistas, con una mayoría de consejeros independientes. El consejo de administración estará compuesto por once miembros, de los cuales cada grupo nombrará directamente a cinco. El actual presidente de FCA, John Elkann, presidirá del grupo resultante, y PSA nombrará al vicepresidente y al director independiente principal, además del consejero delegado, que también integrará el consejo y será, con toda probabilidad, Carlos Tavares, actual presidente de PSA.

Un futuro brillante
En opinión de Carlos Tavares, “esta convergencia aporta un valor significativo a todas las partes interesadas y abre un futuro brillante para la empresa resultante de la fusión. Estoy satisfecho del trabajo realizado hasta ahora con Mike [Manley] y estaré muy feliz de trabajar con él para construir juntos una gran compañía”.

Por su parte, Mike Manley, CEO de FCA, afirma: “Estoy encantado por la oportunidad de trabajar con Carlos y su equipo en esta fusión que puede potencialmente cambiar el sector. Contamos con una larga trayectoria de cooperación de éxito con Groupe PSA, y estoy convencido de que juntos con nuestra gente podemos crear una empresa de movilidad global de clase mundial”.