Un sector fuerte y resiliente
Con una facturación cercana a 140.000 millones de euros y un empleo de más de 440.000 personas, la industria agroalimentaria española es el sector principal de la industria manufacturera del país.
España se posiciona como cuarta potencia agroalimentaria a nivel europeo y décima a nivel mundial. Gracias a la calidad de sus productos y su extensa despensa, el sector agroalimentario español goza de gran prestigio en los mercados internacionales.
Durante la pandemia, la industria alimentaria española ha demostrado su resiliencia y ha continuado asegurado el aprovisionamiento dentro y fuera del territorio nacional, gracias también a las eficientes estructuras logísticas y de infraestructura que han evitado que se rompiesen las cadenas de suministro, incrementando incluso las exportaciones.
La dinamicidad de las exportaciones agroalimentarias españolas, acumulando doce años continuos de superávit, y representando casi el 20% de las exportaciones totales del país, sitúan a la industria como cuarto exportador europeo y séptimo a nivel mundial, en estos productos.
Actualmente más de 30.000 empresas del sector exportan alimentos y bebidas desde España, convirtiendo a la internacionalización en uno de los pilares básicos de su fortaleza y crecimiento.
En el caso de España es especialmente relevante el trinomio alimentación-turismo-gastronomía, un ecosistema que garantiza un alto volumen de consumo y prestigia la marca país, convirtiendo el producto agroalimentario en una parte esencial de su cultura y tradición.
Junto a esa tradición, el sector está experimentando una disruptiva y decisiva transformación hacia la digitalización y la sostenibilidad para afrontar los nuevos retos en cuanto al cambio climático y adaptación a las nuevas tendencias del consumidor. Los Centros Tecnológicos españoles son líderes mundiales en áreas específicas que van desde el desarrollo de nuevos ingredientes, nuevas fuentes proteicas de calidad, la mejora de las propiedades nutricionales ó la agricultura de precisión, entre otros. En los últimos años, España se ha convertido en una de las pocas naciones "foodtech" desarrollándose un ecosistema emprendedor a lo largo de toda la cadena de valor agroalimentaria.